El bosque es privilegio del peregrino......
La gran dificultad de este tramo radicaba antiguamente en atravesar los inmensos bosques que poblaban las estribaciones de los Pirineos. Estos se asomaban hasta casi las inmediaciones de Pamplina. Ahora, de esa masa boscosa tan sólo quedan contados recuerdos. Uno fe ellos está en el Camino, en pleno alto de Erro, cerca de la capital, antes de que se abra al valle.
Los primeros contactos con las ascensiones llegan en este tramo. Hay dos: la de Mezquíriz y la de Erro. Servirán para familiarizarse con lo que va a ser el recorrido, un constante subir a los altos y descender a los valles. El peregrino pronto querrá ver el final de tan quebrada línea, pero sobre ella quedará una imagen para el recuerdo. Porque no es fácil olvidar un bosque de la belleza que rezuma el de la ascensión a Erro por su cara norte, en el que las hayas comparten el espacio con acebos, robles, tejos y arces.
Cuentan los escritos que en ese bosque hay tres piedras alosadas que miden los pasos de Rodán, los de su mujer y su hijo. Eran tiempos en que se alimentaban las leyendas a falta de otros atractivos. En la época actual el caminante no es capaz de advertir tales detalles, embebido como está en la contemplación de un bosque que parece irreal.
El camino es ancho, de unos tres metros, con una fina capa de tierra bajo la que se han filtrado las hojas del otoño. Hay también pino silvestre, que impide que el bosque se desnude en invierno.
Un manto arbóreo cubre las cuatro pequeñas montañas que, encadenadas entre sí, forman, dirigiéndose hacia el sur el alto de Erro. El camino rodea sus laderas. La primera, por la izquierda, la segunda por la derecha, la tercera por la izquierda, la cuarta por la derecha. Este acompasado baile logra que, sin necesidad de cambiar de dirección, tan pronto se presente húmedo y oscuro, como instantes después radiante y tapizado de luces.
No es difícil imaginar que siglos atrás, el Camino fuera así en su mayor parte. Porque testimonios quedan de que a la santidad de Domingo, el de la Calzada y Juan, el de Ortega, contribuyó el trabajo de despoblación forestal que ambos hicieron para facilitar el paso de los peregrinos entre Logroño y Burgos. Los bosques eran refugio de forajidos y estaban de más en sendas que conducían al cielo.
Los espesos montes abundaban en Navarra. A lo largo de toda la ruta sólo quedan ahora unos pocos hayedos y bosques mixtos en los Pirineos. Y ya poco más en toda la ruta, hasta alcanzar las tierras de Galicia.
El paisaje ha ido sufriendo una mutación completa. Los valles se destinaron a la agricultura y las zonas altas, para pastos del ganado,. Por eso atravesar el bosque e Erro en su cara norte, que es la que de forma más natural se conserva, es actualmente un privilegio reservado al peregrino,.
Está como pudo ser hace cientos de años, Por él no pasan más que los lugareños y quien quiera ir a Santiago de Compostela en peregrinación, ya sea andando o en bicicleta.
La carretera encontró valles más apropiados por donde ascender y se fue hacia la izquierda, lejos, muy lejos, lo suficiente como para no romper un silencio que ya dura siglos en el interior del bosque.
Son las primeras....pero no serán las últimas.
Empezamos a subir a Mezkiritz.
En el alto de Mezkiritz
Bosques de tejos,arces,serbales, hayas, por donde
discurre el camino en Navarra.
Ahora toca subir al Alto de Erro.
Pasto para el ganado vacuno.
Ya falta menos....
Hay muchas en el Camino.
Casi en el Alto.
Llegamos al Alto de Erro.
Aspecto de la bajada 1
Aspecto de la bajada 2
Más bosques.
Fin de etapa. Llegamos a Zubiri.
Plaza principal de Zubiri
Puente de La Rabia. (Para el que haya visto la película
The Way,-El Camino-, aquí se rodó la escena en la que
al protagonista se le cae la mochila que contiene las
cenizas de los restos de su hijo).
A orillas del río Arga.
Original concurso.....¡estos navarros...¡
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