El Camino se hace uno.
Había quienes llegaban desde Italia y Centroeuropa a través de Aragón; otros lo hacían desde Francia, sobre todo del el este, por Navarra. Todos se juntaban a la entrada de Puente La Reina. Era un momento emocionante. A partir de entonces, ya habría más gente para compartir penalidades, para hablar, para escuchar, para intercambiar conocimientos.....
El tramo que finaliza en Puente La Reina es el último que hay que afrontar antes de que el Camino se haga uno. Es un recorrido que permite también ir tomando conciencia de lo que se lleva andado. Porque Pamplona, que se veía tan grande, no lo ha sido tanto, ni se a tardar mucho en llegar a ese alta del Perdón que parece estar tan lejos.
Después sólo quedará el descenso para pisar, por fin, el recorrido común, el que se conoce como Real Francés, y que cada uno emprende por un lado distinto, según sea el origen de la marcha.
Es una etapa también en la que, por primera vez, seguir la ruta no ofrece dudas. Va por donde tiene que ir, en linea recta. La carretera no interfiere en su dirección. Cada uno lleva la trayectoria que mejor se ajusta a sus intereses. Coinciden nada más que en la salida y en la llegada. Como debe ser. Muy de vez en cuando, mantienen contactos indirectos a través de los ramales que, a modo de cordón umbilical, unen a los pueblos con la vía principal de comunicación, la N-111. Ahí se acaba todo nexo de unión.
Aún así, hay peregrinos a los que este recorrido no les gusta y huyen de él sin recato. Los holandeses que van en bicicleta se han trazado una ruta alternativa,más al este. Evitan la subida al alto del Perdón, con la excusa de visitar la ermita de Eunate y van a salir al tramo que viene de Aragón. De este modo llegan , por una vía tan genuina como la otra, a Puente la Reina. Han hecho más kilómetros pero se han ahorrado una ascensión, que para ellos es también lo importante en el viaje.
El caso es entrar en Puente la Reina. Allí se pone fin a uno de los primeros grandes objetivos del viaje, porque se ha cumplido una parte importante, la de alcanzar el lugar donde se dan cita todos los peregrinos que se dirigen a Santiago.
Hay un deseo incontenible de llegar cuanto antes al lugar de unión de las dos rutas. Cuando se avecina el momento, pues ya se advierte el valle por el que transcurre la corriente que viene de los confines de Europa, el corazón se acelera.
Bajando de la colina en donde se halla Obanos, empieza a verse la ruta que , desde la izquierda, debe traer a los nuevos peregrinos.
Un viejo árbol, ya consumido es el punto exacto de confluencia. No hay nadie que haya llegado y descanse bajo su sombra. Habrá que esperar. Las horas pasan. No aparece nadie. Y es que un salto de siglos a través de la historia no siempre da resultado. Pero sí, tenía que ser emocionante ese momento en que los peregrinos se abrazaban en el encuentro y el sendero se convertía en una plataforma rodante de transmisión e intercambio de conocimientos. Entonces la cultura, la ciencia y todos los saberes iban también a Santiago de Compostela.
Saliendo de Pamplona
Iglesia románica de San Miguel en Cizur, perteneciente a la Orden Sanjuanista
Balsa de agua natural en Guenduláin
El cereal se apodera del paisaje sustituyendo a la vegetación de montaña.
Iglesia románica de San Andrés en Zariquiegui
Detalle de la portada.
Fuente de los Gambellacos o de "La Reniega".
Cuenta la leyenda que el diablo ofreció agua a un peregrino sediento a cambio de que renegara de Dios, La Virgen y Santiago. El peregrino medio moribundo despreció la bebida y rezó hasta que el demonio se fue y apareció la fuente que la sació.
Estamos a punto de llegar al Alto del Perdón.
Alto del Perdón.
Vista general del Alto del Perdón.
Grupo de figuras en chapa, obra de Vicente Galbete, que representa una caravana de peregrinos de distintas épocas y que dan idea de la evolución del Camino.
Ahora a bajar.
Comienza el descenso hacia Uterga entre piedras, coscojas y encinas.
Más campos de cereales.
Portada gótica de la Iglesia de la Asunción en Uterga.
Palacio de Muruzabal en el pueblo de igual nombre.
Dos opciones....
Cuando llegamos a este punto teníamos dos opciones.
Seguir todo directo hacia Puente la Reina o dar un rodeo de más de ocho kilómetros para admirar la inigualable y enigmática iglesia románica de Santa María de Eunate.
Fue un "extra" andando, bajo un sol de justicia...pero mereció la pena.
Vista general de la Iglesia de Santa María de Eunate al llegar.
Portada de la Iglesia.
Panel ilustrativo explicativo.
Vista parcial 1
Vista parcial 2
Obanos.
A la derecha el Ayuntamiento. A la izquierda la Iglesia la de San Juan Bautista.
En el cetro se puede apreciar un hito sobre elevado que indica que en este justo punto se unen el Camino Aragonés que viene de Somport y el Francés (el que hacemos nosotros), que viene de los Pirineos.
A partir de aquí un sólo CAMINO DE SANTIAGO.
Nuestro alojamiento a la entrada de Puente la Reina.
"Puente" románico sobre el río Arga, mandado construir para dar el paso a los peregrinos por "la Reina" Doña Mayor, dando el nombre al pueble.
Nos hizo una buena tarde.
Arco de entrada al puente que será nuestra salida al siguiente día.
Torre de la Iglesia de Santiago.
Portada polilobulada de la Iglesia de Santiago con seis arquivoltas.
En la dovela-clave hay escondido un crismón.
Detalle de la portada
Iglesia del Crucifijo, bajo cuyo porche pasa el Camino.
Portada de la Iglesia del Crucifijo.
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