De Villalcazar de Sirga hasta Carrión, el camino trascurre por un andadero paralelo a la P-980. adornado con gran cantidad de mojones y sin una sombra.
Estos mojones kilométricos servirán para indicarnos a que velocidad avanzamos; pero no debemos cegarnos, ya que lo que interesa es mantener la velocidad de crucero.
Entretenidos en estos cálculos llegamos a Carrión.
Andadero con los mojones
No hay que adentrarse mucho en Carrión para empaparse de la historia de esta importante población, famosa en diversas épocas. primero por el Tributo de las Cien Doncellas y después porque de tales tierras eran los infantes de Carrión, yernos del Cid, con el que mantuvieron un agrio litigio.
La historia fija el lugar exacto en el que el pueblo satisfacía cada año a los moros un tributo de cien doncellas, donde se levantó posteriormente la iglesia de Santa María del Camino.
La leyenda añade que en una ocasión el apóstol Santiago provocó una estampida de toros en el momento de la entrega de las doncellas y desde entonces, los invasores no volvieron a exigir el tributo humano.
Iglesia de Santa María del Camio
Portada de la iglesia de Santa María del Camino
Monasterio de Santa Clara
Modelo de indicativo direccional en el suelo de Carrión
El nombre de Carrión hace referecia a los Condes que mandaban en los dos barrios de la ciudad cuando surgieron los reinos cristianos.
Carrión de los Condes fue asiento feudal de la poderosa familia Beni-Gómez, rivales históricos del Cid.
Fue morada de reyes, desempeñó un papel fundamental en la fundación de Castilla y una próspera ciudad medieval.
Iglesia de Santiago
Tiene una magnífica portada donde 22 figuras en sus arquivoltas muestran diferentes oficios.
Detalle de las figuras en las arquivoltas (1)
Detalle de las figuras en las arquivoltas (2)
Vista conjunta de la fachada de la Iglesia de Santiago
Friso de la portada de la Iglesia de Santiago que representa a los 12 apóstoles
presididos por una extraordinaria imagen del Pantocrator.
Detalle del Pantocrator
Estamos saliendo de Carrión y atravesamos el puente sobre el río de igual nombre.
Antes de despedirnos de Carrión de los Condes, pasamos por delante del Monasterio de San Zoilo
Portada del Monasterio de San Zoilo
Detalle de la torre del monasterio.
Vista conjunta del monasterio y la hospedería de lujo adosada
Pasados tres kilómetros nos encontramos con las ruinas de la abadía de Benevivere.Esta abadía fue fundada en 1169 por el noble Diego Martínez de Villamayor y encomendado a los Canónigos regulares de San Agustín.
La construcción del cenobio aún no había concluido cuando falleció su fundador, siendo su hermanos Rodrigo quien se encargó de terminarlo. Las obras continuaron hasta el siglo XIII.
Los canónigos regulares de San Agustín fundaron en el siglo XII la Orden de Santa María de Benevivere cuyas primeras instituciones fueron aprobadas en 1179 por el papa Alejandro III.
En 1183, el papa Lucio III expidió otra bula confirmando una organización similar a la de los cistercienses para lo orden.
En la época de esplendor contó con seis prioratos.
Con la desamortización de Mendizábal los monjes perdieron la propiedad de la abadía, que fue destruida casi por completo.
Portada de la abadía.
Paisaje a la salida de Carrión de los Condes.
No debemos olvidar que estamos atravesando Tierra de Campo. En este tramo es donde más que en ningún otro la ruta ha de hacerse con los pies, no con la vista.
El tiempo adquiere otra medida, pasa; pero parece que no se avanza y es que después de varias horas de andar, si miramos hacia atrás seguimos viendo las torres de Carrión.
Si por el contrario, mantenemos la vista hacia adelante, tan solo tendremos dos puntos de referencia que son dos encinas separadas por casi cuatro kilómetros la una de la otra.
Una de las encinas
Unos kilómetros más adelante nos adentramos en la Vía Aquitana, calzada romana que unió Burdeos con Astorga y que más de dos mil años después aún conserva parte de su trazado.
El Camino por la Vía Aquitana
En este tramo las sombras no escasean, simplemente no existen y las abundantes piedras (cantos rodados) entorpecen el avance que indefectiblemente ha de hacerse por los laterales de la calzada, debido al paso de los peregrinos.
Es tal la ausencia de sombras, que cuando aparecen algunos chopos, rápidamente son aprovechados por los ávidos de turno, para establecer allí el puesto de bebidas azucaradas que después de tantos kilómetros bajo un sol de justicia son muy de agradecer.
"oasis" en la Vía Aquitana
Por aquí también pasa la Cañada Real Leonesa, uno de los itinerarios españoles de largo recorrido utilizado por los pastores trashumantes para conducir su ganado desde los pastos de verano en León a los de invierno en Extremadura.
Indicador de la Cañada Real
Todo el llano que hemos andado en esta etapa desaparece cuando nos acercamos a Calzadilla de la Cueza. El terreno cae en la depresión del valle de la Cueza.
Entrada a Calzadilla, que según muchos, el aspecto desde este sitio semeja a primera vista
el de un decorado de un western.
A la entrada de Calzadilla pasamos por las ruinas del antiguo monasterio de Santa María de las Tiendas, gran abadía y hospital de los Caballeros de la Orden de Santiago.
Ruinas de la abadía.
Portada de la abadía.
Llegamos a Calzadilla. Nuestro alojamiento en esta ocasión fue el Hostal del Real Camino.
Interior del Hostal (zona de las habitaciones)
Vista exterior del hostal
Muro típico de las viviendas
Detalle de la construcción
Iglesia de San Martín
Retablo de la iglesia de San Martín, procedente del monasterio de Santa María
Paseando por los alrededores del hostal a la caída de la tarde.
El Camino continúa.
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