En este año anduvimos el tramo existente entre Burgos y Vega de Valcarce. Trescientos veintiun kilómetros que nos dejaron a los pies del Cebreiro y en las puertas de Galicia.
En el mismo cruceiro en donde nos despedimos de Burgos en 2010, reanudamos nuestro caminar hacia Santiago en 2011.
Era una mañana fresca del mes junio que obligaba a abrigarse.
Las señales que indican el Camino son muy variadas y realizadas en toda clase de material.
Las fotos que siguen son muestra de las mismas. Se pueden encontrar en el suelo, en las paredes, en los sitios más insospechados y una distancia las unas de las otras de apenas cien metros. Por eso, siempre he dicho que en el Camino Francés, que es el que conocemos, es imposible perderse.
Nuestro primeros pasos al salir de Burgos nos llevan hasta el viaducto Arlanzón. Las obras en la autovía A-231 obliga a los peregrinos a dar un rodeo, que no será el primero ni tampoco el último; pero que en esta ocasión nos lo agradecen y nos desean buen camino con la antigua expresión "Ultreia", hoy en deshuso, con una placa en los pilares de esta obra de ingeniería.
A diez kilómetros de Burgos llegamos a Tardajos.
En tiempos de Roma, Tardajos fué o pudo ser una "mansio" en la calzada romana que unió Clunia (la burgalesa Coruña del Conde) con Juliobriga (la actual Reinosa).
Mapa con la descripción del Camino a la entrada de Tardajos.
Cruceiro de Tardajos
Calle Real Poniente de Tardajos
Iglesias de Santa María y de la Magdalena en Tardajos
Llevamos más de dos horas andando y es el momento de reponer energías, que como podéis apreciar son servidas con generosidad y de las que damos buena cuenta.
Más ejemplos de los indicativos direccionales, que aunque puedan como en la foto, parecer contradictorios, no lo son. Sucede que al amparo de la "señalización oficial", las famosas flechas amarillas, han surgido variantes como el mosáico del centro y otras que indican establecimientos comerciales, albergues e incluso variantes del camino verdadero, como la inferior.
Tres kilómetros más adelante llegamos a Rabé de las Calzadas.
En el trayecto hasta Rabé hemos de pasar el río Urbel, que recorre durante cincuenta kilómetros la provincia de Burgos. Es un río muy propenso a desbordarse e inundar praderas, tanto que en el decir popular antiguamente entre Tardajos y Rabé había un tramo de fango que daba pie a cantar:
"Desde Rabé a Tardajos no le faltarán trabajos. De Tardajos a Rabé libéranos Domine".
Puente sobre el río Urbel
Entrada a Rabé de las Calzadas
Iglesia de Santa María en Rabé
Fuente adornada con vieiras en la Plaza Francisco Riberas
Ermita de Ntra. Sra. del Monasterio muy venerada en Rabé
A la salida de Rabé está el palacio del Conde de Villariezo.
Vista del palacio
Pasados tres kilómetros está la fuente de Praotorre.
Fuente.
Nuestro caminar continúa hacia Hornillos del Camino, final de la etapa.
Se confunden zonas llanas y subidas, hasta alcanzar un descenso brusco y peligroso por las piedras, llamado " Matamulos", que nos dejará en Hornillos.
El humor no falta en el Camino.
Parada sanitaria habilitada en el camino con puerta de ascensor.
Llanuras antes de llegar a Hornillos
Como decía al principio....es imposible perderse.
Cuesta de "matamulos". Al final se puede divisar Hornillos.
Una etapa más, concluida. Hemos llegado a Hornillos del Camino.
El alojamiento no lo teníamos en Hornillos, sino a siete kilómetros en una casa rural "El Molino"
Como sucede en otros lugares....el reloj también estaba parado.
Dese Hornillos llamamos a la casa rural para avisar que habíamos llegado. En diez minutos un coche bajó a recogernos.
Los dueños de la casa, que es un antiguo molino de agua del siglo XVII rehabilitado y acondicionado como alojamiento eran un matrimonio mayor muy afables, que nos recibieron como si fuéramos de la familia al conocer que éramos de Úbeda, ya que el marido había sido militar destinado en sus tiempos en nuestra ciudad.
Él nos dijo que el mosaico que adornaba la fachada y que fotografiamos debidamente, había pertenecido a las dependencias de las instalaciones militares en que prestó sus servicios.
Vista panorámica de la casa rural.
Mosaico
Los animales están en plena libertad.
Fauna (2)
Las arboledas que rodean el molino proporcionan sombra, constituyendo un entorno de tranquilidad que se agradece después de una jornada de andar.
La rehabilitación del molino se ha hecho sin dejar al azar ningún detalle como se puede apreciar.
Aquí tuvimos una experiencia agradable. Coincidimos en el alojamiento con un grupo de diez alemanes y un matrimonio de Estados Unidos, éstos recién jubilados según nos contaron.
Él era cirujano en el Mount Sinai Medical Center de Miami y su esposa profesora.
Son las dos personas que aparecen a mi derecha en la foto que sigue.
La dueña del alojamiento nos dijo si teníamos inconveniente en tomar parte de la cena comunitaria con el resto de personas, a lo que obviamente no pusimos inconvenientes, pues de esa manera facilitábamos la labor de la señora, al unificar menú y horario.
Parte de lo que nos pusieron para cenar fue morcilla que los extranjeros comían con apetito.
Claro....hasta que al americano, Landon se llamaba, se le ocurrió preguntar que qué era.
Cuando le expliqué aproximadamente el proceso de elaboración, la cara le cambió; pero hicieron tripas de corazón y como si no hubiera pasado nada.....
Al día siguiente hicimos el primer tramo de la etapa hasta la parada para desayunar con dicho matrimonio. Allí nos despedimos, ya que ellos llevaban otro ritmo.
El que haya tenido oportunidad de ver la película The Way, con Martin Sheen como protagonista, habrá reconocido algunas de las fotos anteriores, ya que este paraje natural fue escenario del rodaje de algunos exteriores.
Hay una secuencia en la película en la que aparecen los dueños de la casa rural.
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